Antes de acabar el curso anterior, P3, 1º de infantil en otras comunidades, os conté en Instagram el caso de una amiga, madre de un niño TEA algo mayor que el mío, a cuyo marido la maestra le pidió que no llevara al niño al colegio el último día de clase, porque sus compañeros se merecían poder disfrutar de su fiesta. Si todos los padres de niños atípicos sospechamos (o estamos plenamente convencidos, en función de nuestros batacazos contra la administración) que inclusión escolar y autismo no van nunca de la mano, escenas como estas nos hacen darnos cuenta de que la suerte, y no el respaldo legal, se esconde…
-
-
Notas de un niño TEA en infantil. ¡Aprobamos!
¡Fin de curso! 2 confinamientos en el grupo de mi hijo con TEA, ningún contagio en nuestra familia y un inicio mejor que el final. En su colegio no ponen notas en infantil, sino que entregan 2 informes de la evolución de cada estudiante a lo largo del curso: uno en navidad y otro en verano. Los inicios fueron bastante bien, incluso el temido periodo de adaptación fue infinitamente mejor que el que habíamos vivido con su hermana, pero el tercer trimestre se ha complicado. A raíz del último confinamiento de su clase a finales de abril, su tutora quedó muy afectada y no ha podido reincorporarse en todo el…
-
Colegio inclusivo ¿y el comedor?
Cuando publico esto, mi hijo lleva ya casi 2 meses más que adaptado a su nuevo colegio. Si el periodo de adaptación a la escuela infantil fue de lo más corriente y fácil, el del colegio ha sido sorprendentemente sencillo. Ni llantos, ni una negativa a asistir, cada día va corriendo, feliz y se resiste a salir de clase cuando vamos a buscarlo. 3 días lo acompañamos durante hora y media, como al resto de los niños. Al cuarto lo dejamos solo su hora y media reglamentaria y al quinto hizo su media jornada completa sin ningún problema. Él súper contento, su maestra súper sorprendida con su comportamiento, quitándonos preocupaciones…
-
Escolarizar a un niño con autismo. ¿Quién tiene la última palabra?
Aquí estamos, en pleno mes de mayo, con las preinscripciones escolares para el primer año de educación infantil en el colegio por fin tramitadas tras el retraso por la crisis del coronavirus. Lo normal, vamos. Sin embargo, mucho antes de que se declarara esta catástrofe sanitaria en nuestro país, a primeros de enero para ser más exactos, ya comencé a moverme para averiguar lo divino y lo humano de lo que iba a necesitar saber para escolarizar a un niño con autismo en una escuela ordinaria, o normal, o de toda la vida, o la misma a la que va su hermana, o como cada uno quiera llamarle. Por puntos,…