padres de los niños con TEA
Opiniones

Cuídate. Los olvidados padres de los niños con TEA

A principios de año os conté cuáles eran nuestros pecados como padres de un niño con autismo y la verdad es que el texto tuvo muy buena acogida, porque muchas familias se identificaron con nuestras circunstancias. La convivencia diaria puede ser muy gratificante y también muy estresante, como la de cualquier otro hijo, pero quizás con los extremos más polarizados. Si cuidarte para poder cuidar es una recomendación que se hace habitualmente a cualquier persona responsable del bienestar de otros ¿por qué los padres nos olvidamos de nuestras propias necesidades? Sí, nuestros niños tienen una serie de demandas especiales que nos desbordan con frecuencia, de ahí que nuestras propias necesidades se encuentren a la cola de la enorme lista de responsabilidades que debemos afrontar a diario. Mientras una parte de la sociedad nos ve como héroes capaces de bregar con la adversidad, otra parte nos invisibiliza. Lo cual no es de extrañar, puesto que si ya es difícil dar visibilidad a la diversidad de nuestros hijos y lograr que ocupen el puesto que merecen ¿quién se va a acordar de los padres ocultos tras esas criaturas atípicas? Nadie. Y lo peor es que incluso nosotros nos olvidamos de que existimos más allá de nuestro papel como cuidadores.

Cuídate. Tu hijo de lo agradecerá

Antes opinaba que este pensamiento era propio de gente excesivamente optimista y nada realista, que viven en su mundo ideal de fantasía y no afectada por los problemas que sufrimos las familias de a pie. Pero por hacer una prueba no perdía nada y por el contrario ¡ganaría mucho! Lo que parecía una indicación muy espiritual se ha convertido en una forma más calmada de afrontar la crianza. Vivimos desbordados por el trabajo, nuestras obligaciones como padres, hemos pasado una época de confinamiento nunca antes vivida y si añadimos las peculiaridades de nuestro hijo ¡el cóctel puede ser mortal! Curiosamente, cuanto más ocupados estemos y de menos tiempo dispongamos para nosotros mismos, más necesitaremos ese respiro. Podemos pasar meses y años bregando sin descanso, haciéndonos los fuertes y creyendo que podemos con todo. Pero el agotamiento es acumulativo y en el momento menos pensado estallaremos de un modo u otro, ya sea con una crisis de salud, con inestabilidad psicológica o queriendo abandonar la vida que conocemos por no poder soportarla más. Antes de llegar a estos extremos deberíamos apostar por concedernos unos minutos diarios o semanales de autocuidado. Luego os hablaré del problema para rebuscar ese tiempo ¿inexistente?

¿Y qué significa cuidarse para cuidar?

Pues creo que no hay una definición homogénea que nos englobe a todos, porque cada uno presentamos necesidades distintas. Por ejemplo, unos estaréis deseando salir a hacer deporte en solitario, pasar tiempo con amigos adultos sin niños, retomar ratos de pequeñas aficiones como la lectura, el cine, planear una escapada con tu pareja, etc. No, no se trata de renegar de tus hijos ni de creer que todo lo que hacemos con ellos nos empuja a la infelicidad. De hecho, por mucho que queráis huir ¡vais a seguir pegados a ellos la mayor parte del año! Por eso, rescatar al menos un par de horas semanales para ser egoísta y mirar por ti no te va a convertir en peor padre ¡al contrario! Puede que te dé la energía extra para superar los obstáculos del resto de día. Estar más descansado, tener intereses propios más allá del trabajo y la crianza, sentirte más animado, mejor contigo mismo y con quienes te rodean ¿a qué niño puede perjudicarle tener padres más felices?

La falta de apoyo para los olvidados padres de los niños con TEA

Aquí es donde reside el problema que sobrecarga a las familias de niños autistas y nos lleva a la extenuación. Si el niño cuenta con ambos progenitores, puede que no encontréis tiempo para hacer actividades juntos, pero al menos podréis turnaros para respirar por separado. Si tenéis hermanos, abuelos, amigos o vecinos de confianza, que comprendan al niño y que se sientan agusto con él, y él con ellos, no dudéis en pedir ayuda o aceptar la que os ofrezcan. Debemos sacudirnos ese cargo de conciencia constante cada vez que tenemos que delegar la responsabilidad de nuestros pequeños sobre otras personas. Como veis, es la red de apoyo familiar y del entorno más cercano la que carga de forma unilateral con el sobreesfuerzo de criar a un niño con necesidades especiales. Si obtuviéramos la ayuda que necesitamos por parte de la administración, todos contaríamos con nuestras horas de descanso semanales, con una oferta adecuada de profesionales que se encargaran de nuestros hijos mientras nosotros cuidamos de nosotros mismos, que nos facilitaran la conciliación laboral y familiar y el disfrute por parte de todos los miembros de la familia cuando debemos realizar actividades por separado. Pero a día de hoy ¿quién puede aspirar a tanto?

Así es que tenemos que buscarnos la vida por nuestra cuenta y no es fácil. Pero si te sientas con un papel y un lápiz y piensas en qué ratitos de la semana podrías dedicar a ti ¡no te sientas egoísta! Disfruta literalmente de esas pequeñas cosas de la vida y no esperes a que otros vengan a organizártela de manera oficial. ¿Te has sentido así de atrapado alguna vez? ¿Has conseguido encontrar ese pequeño espacio personal para tu propio disfrute? ¿Has notado sus beneficios?

3 Comments

  • Alberto

    Amén. Pocas cosas puedo añadir. Son etapas de la vida con niño «peculiar», porque aquí no sólo están los, como nuestros hijos, tienen carácter o comportamientos distintos. Sin hablar de la dificultad de comunicación. Todos estos son hándicap a la hora de poder tener personas de confianza en que confiar…
    Escasamente en la familia, ausente en el resto, en mi familia sentimos escasa empatía y mucho «esto es los que te ha tocado».
    En momentos más optimistas, duros como el acero, día y noche sin tiempo para nada más que para cuidar y sobrevivir (trabajo considerado como método de supervivencia).
    Es lo que hay, se repite en mi cabeza.

  • Marta

    No sé si a ti también te pasa: cada vez que saco un ratito “para mí” acabo usándolo para poner lavadoras, hacer camas, ordenar, cocinar… Al final, técnicamente sí es un rato para mí, pero de descanso nada.

  • Salo Díaz Nuñez

    Estoy completamente deacuerdo. Esta claro que para poder hacer frente a los retos diarios a los que nos encontramos diariamente debemos estar al 100%. Para eso debemos estar bien física y animicamente!!!
    Debemos buscar nuestro bienestar para poder dar bienestar!!!!

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