Notas de un niño TEA en infantil
Educación

Notas de un niño TEA en infantil. ¡Aprobamos!

¡Fin de curso! 2 confinamientos en el grupo de mi hijo con TEA, ningún contagio en nuestra familia y un inicio mejor que el final. En su colegio no ponen notas en infantil, sino que entregan 2 informes de la evolución de cada estudiante a lo largo del curso: uno en navidad y otro en verano. Los inicios fueron bastante bien, incluso el temido periodo de adaptación fue infinitamente mejor que el que habíamos vivido con su hermana, pero el tercer trimestre se ha complicado. A raíz del último confinamiento de su clase a finales de abril, su tutora quedó muy afectada y no ha podido reincorporarse en todo el curso, por lo que la llegada de la maestra sustituta rompió nuestra alegría habitual. Y no por culpa de la muchacha, sino porque este creo que ha sido el primer episodio de apego a una figura de referencia insustituible que hemos vivido con el niño. Se acabó lo de ir contento al colegio. Bueno, más bien lo de entrar contento en clase, porque para salir de casa no tenía problemas, e incluso nos metía prisa cuando dejábamos a su hermana en el edificio de primaria para ir corriendo al de infantil. Sin embargo, al visualizar a la nueva maestra en la entrada de la clase ¡negativa al canto! Llantitos, revolcones por el suelo, la maestra de atención a la diversidad que tenía que venir a colaborar en el inicio de la mañana, en fin… El título del post tiene un sentido figurado, porque aquí no tenemos notas de un niño TEA en infantil, pero sí valoraciones acerca de su comportamiento y habilidades a lo largo del curso.

Autonomía, seguridad y crecimiento personal

Más o menos un mes tardó en comprender el ritual de entrada al cole: cambio de zapatos, toma de temperatura, desinfección de manos y colocación de su almuerzo en una percha. Después de haberlo aprendido, tampoco podemos decir que lo haya cumplido cada día, porque en el tercer trimestre se ha rebelado mucho, pero lo cierto es que sabe ponerse solo los zapatos, guardar sus cosas en la mochila ¡cuando quiere! Porque lo normal es que haya que perseguirlo e insistirle mucho para que lo haga. Como su vocabulario ha aumentado, ha mejorado en las demandas hacia los adultos cuando no logra hacer algo por sí mismo. En cuanto a la famosa socialización, vamos avanzando. Tiene una amiga de la que habla todo el santo día, y nos cuentan que hasta con 2 niños puede jugar, pero de grupos más grandes no quiere saber nada. A la hora de jugar, sigue anclado en los juegos de construcción y destrucción. Su interés por los diferentes rincones aún es escaso y le cuesta entender que debe ceñirse a unos tiempos y que no puede jugar a lo que quiera cuando quiera. Como la clase de psicomotricidad le gusta tanto, y el grupo se divide en dos, ha costado que asuma que él pertenece a uno de los grupos y que no podía ejercitarse el doble que los demás. 

Pensar y comunicar en las notas de un niño TEA en infantil

En todas las actividades lo que busca es el movimiento ¡mira, igualito que en casa! Al menos podemos comprobar que no tiene un desdoblamiento de personalidad y que actúa exactamente igual en todas partes. Los colores los lleva muy bien, pero agruparlos, por ejemplo, es una actividad que requiere concentración y como no para quieto, o cuenta con la ayuda de un adulto o no va a parar para centrarse en la actividad. Lo mismo ocurre, con el dibujo o con cualquier otra “asignatura”: o le interesa de entrada o es complicado lograr que lo haga. En cuanto a la comunicación, al fin notan que entiende lo que se le pide y que él también hace sus demandas, pero ¡en castellano! Y es que al ser una escuela catalana (en infantil no hay ni un minuto de jornada escolar en castellano) en este asunto surge otra complicación, porque hay palabras que él no conoce en catalán. Pero bueno, el bilingüismo es el menor de nuestros problemas, porque si ha sido capaz de aprender palabras en inglés que utiliza perfectamente solo con YouTube, no creo que se le vaya a resistir el catalán. En música e ingles, cuando hacen actividades de cante y baile la cosa va muy bien, pero cuando se trata de contenido lingüístico, apaga y vámonos.

Descubrir, tener iniciativa, convivir con los demás. Si yo les contara…

Con esos estereotipos que asociamos a todos los niños TEA, muchos siguen pensando que son personas desinteresadas por todo, pero no es el caso del mío. En el colegio han tenido oportunidad de comprobarlo al ir de excursión a una granja durante el tercer trimestre: desde la subida al autobús hasta el contacto con los animales, estaba fascinado con la experiencia. En la relación con los demás cuesta que acepte los límites, las normas y que comparta a la maestra de atención a la diversidad (esta territorialidad la vivo en mis carnes cuando se me acerca su hermana ¡él piensa que soy solo suya!). Pero por suerte, no es un niño conflictivo y sigue adelante.

Por supuesto ¡no repetirá curso! Aunque en el CDIAP considerasen que debería haber repetido hasta en la escuela infantil. Lleva su propio ritmo, tiene sus propios intereses y ahora empieza a despertar su verdadero carácter, a tener claro lo que le interesa y lo que no y a vivir un poco esos “terribles 2 años” que en él se han empezado a manifestar a partir de los 4. En definitiva, el cierre del curso escolar nos hace seguir confiando en que todo llega. Puede que con años de “retraso” pero no hay imposibles para nuestros niños. 

¿Cómo habéis vivido vosotros el final de curso? Hoy aprovecho para despedir también la temporada en el blog. Así es que, si todo va bien, ¡nos seguiremos leyendo en septiembre!

3 Comments

  • Laura

    Mi hijo empezó en Octubre la guardería, con 18 meses. A lo largo del curso, resumidamente, ha establecido un vínculo estupendo con su seño, a la que incluso abraza a su manera y conoce al resto de seños (son 5 en el centro). Respecto a los compañeros, no juega con ellos pero los tolera y ellos, a su manera (con 2 años ya) se han dado cuenta y no le buscan ni para quitarle algún juguete como pasaba a comienzos de curso; las actividades de grupo, si son de psicomotricidad, perfecto porque le encantan los circuitos pero el resto, o lo incluye la seño, o el no participaría y estaría a lo suyo. No habla, pero se hace entender bien. Yo diría que lo ha superado como un campeón para ser su primer paso a terapia y guardería todo junto en plena pandemia…de sus 18 meses a sus actuales 2 años y 2 meses, para mí tiene MATRICULA.

  • ISABEL

    pues a mi me angustia cuando se acercan los «finales de trimestre» los esperados informes. No puedo evitar sentirme algo triste estos días de evaluaciones, lo reconzco.. Este año hemos acabado muy bien, con muchos progresos y los profesores muy contentos pero como siempre la especialista en audición y lenguaje nos recuerda que al niño le gusta jugar sólo… que no interactúa demasiado con el resto, que le cuesta mantener conversaciones propias de la edad y unos cuantos etc …. pero aún así podemos estar orgullosos nuestro chico se ha graduado en infantil!! Feliz verano y como siempre muchísimas gracias por compartir!!

  • Marta

    Mi peque empezó guardería este año con 21 meses. El principio fue un horror. No se adaptaba, los niños le daban miedo, no quería que se le acercasen ni que le tocasen, le daba miedo incluso oírlos jugar o que pasasen por su lado jugando. Se pasaba el día jugando solo en una esquina y sollozando, tiraba la comida, gritaba… No tenía ningún tipo de intención comunicativa ni de interacción, ni hacía contacto visual ni con nosotros. Así algunos meses y yo con tremendo dolor de corazón.
    Y cómo ha acabado el curso? Feliz. Ya tolera el ruido de la guardería, ha empezado a jugar con algunos niños (los más tranquilos), se deja tocar y llevar de la mano por sus compañeros, incluso a alguno le deja que lo abrace. Come solo. Ha empezado a decir algunas palabras (aunque sigue retrasado en el habla para su edad), hace contacto visual. Va contento y con ganas a la guardería y cuando lo voy a recoger está feliz y me intenta contar a su manera lo que le ha pasado en la guardería (normalmente que algún niño le quitó el coche con el que jugaba). Ha aprendido a lanzar besos. Se relaciona con todo el mundo, niños y profes. Sigue teniendo sus cosillas y se le nota cierta diferencia con el resto de niños, pero casi pasa por un niño neurotípico, al menos de momento.

Deja un comentario y comparte tu experiencia

A %d blogueros les gusta esto: