mujer que buceó dentro del corazón del mundo
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La mujer que buceó dentro del corazón del mundo. ¿Cómo sienten los autistas?

Definitivamente, las novelas con protagonistas autistas adultos me han conquistado pero, además, La mujer que buceó dentro del corazón del mundo de Sabina Berman, desarrolla una historia magistral y tan atractiva que el autismo casi pasaría desapercibido si no lo hubiera leído como madre en busca de respuestas para el futuro de mi hijo. Esas respuestas que quizás pueda intuir, que a lo mejor puedan cuadrar con su desarrollo o que pueden ser completamente opuestas a lo que será su vida. Porque si algo sabemos sobre el espectro es que apenas podemos asegurar nada. Para no hacer spoilers de la novela, voy a centrarme sólo en cómo Berman construye el personaje de Karen, la mujer de cuarenta años que cuenta su vida en primera persona, desde que siendo una niña fue criada a escondidas y en estado salvaje por una madre que renegaba de haberla tenido. Independientemente del autismo, como madre se te revuelve todo al pensar en cualquier niño que pueda ser criado en esas circunstancias, pero más aún en estos casos en los que el contacto humano puede ser tan complicado en la primera infancia.

Un autista es algo intermedio entre un idiota y un imbécil

¿Qué tal os suena esa afirmación? ¡Demoledora, claro que sí! Como padres, debemos asumir rápidamente que no todos los niños TEA van a ser pequeños genios, como nos han dado a entender con la imagen del autista clásico, pero tampoco quedarnos estancados en el otro extremo, imaginando su futuro como el de personas fuera de este mundo, con intereses escasos y sin habilidades para nada. Curiosamente, es la tía de Karen quien se ocupa de criarla, educarla, proveerle una formación universitaria y una profesión en la que destaque, la que le habla así de crudamente a su sobrina en plena adolescencia. Con los tests para medir el cociente intelectual, Karen estaba poco dotada para tener una vida autónoma y mucho menos independiente. Sin embargo, su tía le revela al mismo tiempo sus fortalezas, que no se miden en los tests: no sabe mentir, no le afectan las cosas que no existen y es consciente de que sabe sólo lo que sabe. Pueden parecernos puntos de partida muy básicos, pero en el caso de la niña serán vitales para el desarrollo de su vida.

La mujer que buceó dentro del corazón del mundo y la fascinación por el mundo animal

El título no me acaba de cuadrar con la historia, si bien hace referencia a la pasión de Karen por nadar entre atunes, puesto que la empresa familiar giraba en torno a la pesca y exportación de este producto desde México. Como en el caso de Pensar en imágenes, de Temple Grandin, si ella tenía obsesión por aliviar y mejorar la forma en que viven y se sacrifican las vacas en los mataderos, Karen hace lo propio con la pesca del atún. Los paralelismos entre ambas biografías son muy muchos, porque además de ser mujeres que en un principio fueron catalogadas como retrasadas o enfermas mentales, lograron hacerse un nombre a raíz de esos famosos intereses restringidos de los autistas, que muchas veces tratamos de erradicar para obligarles a abrir su mente a otros terrenos. Sí, Karen es un personaje de ficción, pero Temple es real, así es que no desechemos nunca esta posibilidad.

Las relaciones personales y la comunicación: una asignatura pendiente

Karen habla mucho de lo que le interesa, pero también escucha mucho, lo que la convierte en una persona especial con muy pocos amigos durante toda su vida. En la novela apenas destacan su compañera de universidad (la típica chica promiscua, súper sociable, con una vida social muy intensa pero con una soledad interior inmensa) a la que Karen aprecia pero a quien no comprende en absoluto, además de uno de los capitanes de uno de sus atuneros, con quien disfruta de largas conversaciones y en quien no es capaz de ver la atracción que él siente por ella. Karen sabe perfectamente que ella “no es normal” y se siente a veces de otra especie menos humana por sus peculiaridades. Sin embargo, tiene muy clara su posición en el mundo, ha aprendido a no infravalorarse pese a que sus ideas o e su comportamiento en sociedad puedan dejar mucho que desear al no preocuparse demasiado por las convenciones establecidas. En ocasiones puede ser terriblemente egocéntrica a la par que sincera y práctica, puesto que no entiende de formalismos, pese a que con el paso de los años aprende técnicas para sobrevivir entre humanos.

La autora de La mujer que buceó dentro del corazón del mundo, Sabina Berman, es psicóloga de formación pero a través de sus escrito plasma a la perfección el sentimiento de las minorías que se ven empujadas a amoldarse al mundo establecido. En este caso lo hace con el autismo, pero en otros de sus libros y obras de teatro refleja una realidad similar acerca de temas como el feminismo, siempre traspasando los límites de lo políticamente correcto y con un punto de vista transgresor que en este libro sirve para no obsesionarnos sólo con los puntos débiles de los autistas, sino para abrirnos los ojos hacia esas fortalezas que hay que potenciar y que en ocasiones pueden desarrollarse de forma maravillosa. Para que no tratemos de “normalizarlos” sino de comprenderlos y aceptarlos tal cual son, porque como dice la protagonista cuando lucha descarnadamente contra el pensamiento de Descartes, ella primero existe y luego ya vendrá todo lo demás, aunque piense, sienta o viva de forma diferente.
Si no lo encontráis en la biblioteca (fue muy popular cuando se publicó y puede ser fácil), la versión en tapa blanda y para Kindle están en Amazon por menos de 8 euros. Yo he quedado fascinada con la narración y con los progresos de Karen, así es que hay otro libro de Berman, El Dios de Darwin, que pronto caerá entre mis manos. ¡Recomendadme más novelas así, por favor!

One Comment

  • Roser

    Cuando mi vida dio un giro de 360º con el diagnóstico de mi hijo y empecé a indagar sobre el TEA me leí el libro “La razón por la que salto” de Naoki Higashida, entendí perfectamente dicho mundo. Mi hijo es salir a la calle y empezar a correr sin ser consciente de los peligros y sin atender a nada. Hay un capítulo que se me quedó grabado en el que el protagonista viene a decir que saldrá a la calle con su madre y no le hará caso que dará rienda suelta a sus pies a pesar de saber que su madre lo reñirá pero acaba diciendo “NO PUEDO EVITARLO”, Y así es, ellos saben que actuan mal pero a día de hoy no sé lo que se les pasa por su cabeza que no pueden remediarlo…

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