
¡Vamos allá! Porque va a resultar que los ejercicios de logopedia para estimular el habla en niños que se encuentran atascados en este aspecto de su desarrollo, dan muy buen resultado, aparte de las terapias sobre las cuestiones psicológicas que habíamos intentado descifrar hasta el momento. Que no sé yo cuál será la hondura de pensamiento de uno de estos mini seres, pero desde luego, mi hijo ha avanzado mucho más jugando con las recomendaciones logopédicas que dejándose observar en el CDIAP. Anteriormente ya había escrito sobre las técnicas de logopedia para estimular el habla a los 2 años en familia que estamos poniendo en práctica en casa, así es que hoy os dejo los nuevos deberes para que continuéis con la progresión esperable en estos casos. Sí, los avances pueden resistirse en llegar durante muchos meses, pero el trabajo dará sus frutos ¡os lo aseguro!
Leer cuentos para estimular el habla en los niños
Si tu hijo no para quieto, será misión imposible. Pero con un poco de suerte encontrarás un libro que le guste ojear y que le atraiga lo suficiente para estar sentado y calmado unos minutos. Nosotros tenemos un par de cuentos que podemos finalizar en unos 3 minutos y que mi bebé se siente a escucharlos completos. En un primer momento, si no tienen desarrollado el lenguaje, tampoco tendrán el entendimiento suficiente para comprender el argumento de ninguna historia, por sencilla que sea. Pero no desesperemos, porque a base de leer, leer y leer, el sonido de nuevas palabras, las consonantes, el hilvanado de las frases, dice la teoría que todo irá calando para cuando definitivamente se lancen a hablar. No dejéis de leerles cuentos sólo porque ahora no os entiendan. En el futuro lo harán y agradeceréis haber creado ese hábito desde bien pequeños.
Buscar canciones con números y letras
Este consejo nos lo dio la psicóloga de la guardería al comentarle que una tarde casi me da un parraque cuando el niño, que supuestamente no habla, contó del 1 al 10 sin descanso mientra veía un capítulo de Pocoyó. En esa trama (temporada 3 capítulo 9), había una cancioncilla para enumerarlos que parece que le caló hondo. La primera vez, me di cuenta de que estaba haciendo esa proeza cuando siguió avanzando a partir del números 3, que es un número que sí suele pronunciar con frecuencia. Pero al llegar a la altura del 7 casi muero del entusiasmo. Curiosamente, ha vuelto a repetir números casi cada vez que ve ese capítulo, si bien no lo hace con otros juegos o actividades. Por eso, nos recomendaron localizar canciones infantiles en las que las letras del abecedario y los primeros números sean los protagonistas. A ser posible, que sea sólo el audio, sin vídeos ni coreogafías, por el tema de evitar las pantallas, aunque reconozco que yo se las he buscado en formato videoclip y claro, con la tele le gusta mucho más. También se pueden usar canciones de rutinas como ir a dormir, la hora del baño, de la comida ¡todo vale para que asocien lo que aprenden con su vida real del día a día!
Si queremos que el niño hable ¡démosle la oportunidad de hacerlo!
Esto lo aprendimos con su hermana mayor, así es que estoy segura de que lo hacemos bien, pero por si acaso, no viene mal recordar que no sirve de nada que nos pasemos todo el santo día charla que te charla, enumerando cada acción que hacemos, describiendo todo lo que nos rodea y atosigando al niño con palabras y nueva información, si no somos capaces de respetar los silencios, darles el turno de palabra y esperar a que quieran intercambiar algo. Lo que hablando en plata sería “cállate tú un poquito y dale oportunidad de hablar a la criatura”. Con la niña, ya comprobamos que si después de una frase manteníamos un silencio (a veces un poco largo, porque los bebés no miden el tiempo con cronómetro) ella se animaba más a chapurrear las palabras que sabía. El niño hace lo mismo, si bien ella decía palabras entendibles y él es más de soltar sílabas inconexas, pero al menos algo le sale de la boca. También “habla” más si nosotros repetimos algunas de sus sílabas, aunque no signifiquen nada en nuestro idioma. Parece que el escucharlas de vuelta le ayuda a reafirmarse en su discurso y lo mueve a seguir parloteando.
Los intentos comunicativos siempre deben tener respuesta
Una afirmación muy lógica pero muy difícil de llevar a cabo si no lo hacemos de manera consciente. Los niños son pesados por naturaleza y muy insistentes cuando quieren algo. Los padres desarrollamos una capacidad tremenda para ignorar sus peticiones: se quedan ahí, como ruido de fondo, mientras nosotros seguimos con el estrés de nuestras obligaciones domésticas, acabando tareas de trabajo, haciendo cosas de mayores, o embobados en alguna pantallita por una red social. Los niños con un desarrollo normal de la comunicación notarán menos esta falta de atenciones, pero entre los nuevos ejercicios de logopedia para estimular el habla de los niños se encuentra el saber escuchar con atención y el demostrarle a nuestro hijo que cada intento comunicativos despierta una reacción en nosotros. Que si nos tira de la manga lo vamos a mirar; que si nos dice ta-ta-ta para llamar nuestra atención, vamos a fijarnos en ellos; que si se nos cruzan delante gesticulando, o haciendo aspavientos, vamos a bajar hasta su altura para intentar descifrar qué necesitan. Pues así ¡todo el día! Porque si no se percatan de que nos interesamos por sus intentos de comunicar, seguirán evitando relacionarse, mientras que si notan nuestro entusiasmo ¡se entusiasmarán aún más y desearán compartir más momentos! Esto nos está funcionando súper bien, pero es una tarea muy exigente.
Jugar al Lince
Hay varias versiones de este juego y una es la más infantil de todas, Mi primer Lince, con las mismas normas que las demás pero con un tablero de sólo 36 imágenes, 36 fichas para asociar y dibujos más grandes y fáciles de identificar. La idea es que empiecen a reconocer, señalar y emparejar los dibujos de los conceptos que van asimilando. Como en mi casa lo de tener fichas sueltas es un caos, y todo acaba perdido, este aún no lo hemos puesto en práctica y utilizamos libros sencillos de formas geométricas, de conjunto de números y los primeros imaginarios para intentar conseguir el mismo objetivo: que el niño señale, pronuncie y reconozca dibujos de objetos de la vida cotidiana.
Hacemos caras en Snapchat
Bueno, yo no tengo esta red social pero valen también esos filtros de Instagram en los que en pantalla nos colocamos orejas y hocico de perro, gafas de sol, o nuestra boca se vuelve descomunal, porque todos ellos se activan con nuestros movimientos al gesticular. ¡Y esa imitación es la que buscamos en nuestras criaturas! Mi hijo tiene bastante con tenernos frente a frente, o con que le acompañemos delante de un espejo, e incluso con verse reflejado a sí mismo, para empezar a sacar la lengua, abrir la boca y experimentar con los gestos faciales. Sé que los niños deben huir de las pantallas, pero Una mamá con Crohn me comentó que su peque se había animado a hacer gestos con estos decorados de las apps y oye ¡por qué no probarlos!
Hasta aquí, nuestras nuevas pautas para seguir avanzando en la adquisición del lenguaje. Las palabras se van incorporando muy lentamente al vocabulario del niño, pero al menos poco a poco van calando. ¿Habéis utilizado alguno de estos recursos en casa?
4 Comments
Maria
Gracias por dejarnos estos ejercicios…
Vamos a poner en práctica alguno que aún no estamos haciendo.
mihijocontea
¡Estupendo! Ojalá os sirvan y os resulten divertidos.
elizabeth
hola¡ que ejercisios recomendarias para mi hija de 9 años que tiene dislalia, gracias
mihijocontea
Hola Elizabeth. Lo siento pero no soy profesional de este área. Simplemente comento en el blog la experiencia con mi hijo y no sé nada acerca de la dislalia.