Hoy escribo otro de esos posts como el de la cena de hace unos meses, con los que más vale reír que llorar. Al hablar de cuánto cuesta un niño con autismo no me voy a centrar en el dineral que se puede ir en terapias privadas para niños TEA, sobre todo cuando la atención temprana pública que te ha tocado en suerte es tan, pero tan deficiente. Sino en otros gastos que son muy de andar por casa (literalmente). Y es que no sé en qué puntito del espectro estarán vuestros peques, pero como se aproximen mínimamente a la ubicación del mío, el niño os va a salir a deber. Como opinólogos vamos a conocer por cada esquina, si vivís este tipo de descalabros con vuestros peques por la falta de entendimiento, de comprensión, por la incomunicación, el no valorar las convenciones socialmente establecidas, etc. más vale decir que sí a todos los consejos no pedidos y seguir sobreviviendo como podamos. Porque pocas personas de las que no conviven con el espectro dentro de casa van a creer tus afirmaciones de padre desquiciado cuando digas que tu pequeña criatura es capaz de cosas como estas.
La televisión. Ese oscuro objeto de deseo
Demos gracias al abaratamiento de los precios de los televisores, porque desde que mi pequeño trasto aprendió a ponerse de pie, ese cacharro no ha tenido un día de descanso en esta casa. Por supuesto, además de acariciarla, darle besos a la pantalla, palmearla, empujarla y patearla, también acabó por volcarla entera al suelo. Esto nos llevó a colgarla en la pared, con un anclaje que soporta hasta 90 kilos de peso. Porque él pesaba unos 15, más lo que pesara la tele, más la fuerza que tuviera a bien ejercer para intentar bajarla de su nueva ubicación… De forma milagrosa, no ha logrado destruirla. Todavía.
El agua y la luz no son gratis
Aunque nuestra antigua psicóloga del CDIAP insistía en que al niño le deberían gustar mucho los interruptores, lo cierto es que al calcular cuánto cuesta un hijo con autismo en nuestro caso la palma se la lleva el agua. Con deciros que durante el periodo más desquiciante de su afición por el líquido elemento, abría y cerraba la llave de paso general de la casa en momentos contados, para evitar que la desperdiciara, tirara por el suelo, dejara tranquila la cisterna del váter, etc. No tiene medida y puede tirar agua sin parar hasta que lo descubrimos haciendo la fechoría. Claro que le hemos intentado explicar lo inconveniente de ese derroche, pero es que no lo comprende. Lo bueno es que si lo redirigimos a otra actividad que le interese más (la tablet, la tele, comer y poco más) lo dejará sin dramas. Lo malo es que entonces empezamos con el cargo de conciencia de las pantallas y esto es un sin vivir. Lo de pulsar sin descanso interruptores de la luz no es algo que le atraiga especialmente, si bien tiene tendencia a encenderlos cada vez que cambia de habitación por muy de día que sea y por innecesaria que se considere. Total, que según se desplaza a su aire por la casa, en pocos minutos tienes todas las bombillas encendidas.
Champús, cremas, papel higiénico. El gasto sin fin
Para esto tampoco hay medida. Habitualmente, el niño es como el perrito del anuncio de la tele que disfruta desenrollando papel higiénico, pero lo peor fue cuando llegó a meter varios rollos enteros dentro del váter que se chuparon todo el agua que allí había. Aunque nada comparado con el día en que le quité todos los rollos de su alcance e innovó metiendo una toalla. Sí, tiró una y otra vez de la cadena hasta que el agua rebosó por la taza y obtuvimos un nuevo modelo de encharcamiento del cuarto de baño. En fin… Al pensar en cuánto cuesta un hijo con autismo, nadie valora el gasto de cosas cotidianas que se disparan, porque en 15 segundo de despiste puede vaciar por completo su champú infantil, a 7 euros el bote, o el gel familiar (que obviamente ahora es de marca blanca y el más barato del supermercado) o restregar por el suelo esa crema antiarrugas que guardabas com oro en paño por ser cara y regalo de cumpleaños. Lo mismo vale para perfumes, maquillaje, etc.
Puertas ¿cerradas?
Esta casa no disponía de cierre en ninguna puerta, pero instalamos un par en las de los baños por intentar tener intimidad, cosa que resulta imposible de cualquier manera, porque él las aporrea por el otro lado, así es que acabas abriendo por desesperación y por evitar que la rompa. Además, ambas están hinchadas por la parte inferior, de la cantidad de veces que ha inundado ambos cuartos de baño y ellas han tenido a bien absorber todo el líquido posible. La del salón ya es un chiste de puerta. A portazo limpio, ha logrado arrancar el marco de la puerta. El día más burro de su vida, antes de cumplir los 3 años, dio un portazo tan grande que la puerta salió literalmente por el otro lado, de forma que los niños y yo nos quedamos atrapados en el salón, porque por más que yo tiraba hacia mí para poder abrirla, era imposible desencajarla. Con tanto trote, está medio descolgada y de paso araña el suelo cada vez que la abrimos y cerramos. La de la entrada a la casa debe estar siempre con la llave echada, porque al menor despiste el niño se escapa. Y lo mismo hace con la de la casa de la abuela. Las que dan al lavadero y al balcón tienen también llave, por su afición a tirar cosas al exterior, claro.
Electrodomésticos. Unos supervivientes
Tiene querencia por casi todos, pero en especial por la nevera, el lavavajillas y la lavadora. Esta última la voy a incluir dentro del gasto de agua, porque a fin de cuentas su afición principal es pararla en cualquier momento del lavado (qué mal diseño tiene la nuestra, porque el bloqueo anti niños no funciona cuando el puñetero pulsa el botón de apagado) así es que debemos iniciarla desde el principio porque ¿en qué momento exacto del proceso la paró? También sufrimos por el lavavajillas, ya que tiene un aspa, como de helicóptero, que le gusta hacer girar. Si bien siempre ha colaborado a la hora de recogerlo, porque le gusta acercarnos los platos limpios y ayudar a guardarlos, para llegar suele trepar encima de la puerta abierta en horizontal (16 kilos de niños ahí sentado alegremente…) además de sacar los divisores de los rieles y desmontar cada pieza. Y por fin la nevera. Si de él dependiera, se pasaría el día con la puerta abierta. Pese a que usa la torre de aprendizaje para llegar sin ayuda a todas partes, la nevera se le resiste por razones obvias: si está la torre delante, la puerta no se puede abrir. ¡Yujuuuu! Triunfo para los padres. ¡Pues no! Porque entonces se concentra el la parte de abajo: el congelador. Y lo mismo saca un pollo para chupar como si fuera un helado, que lame directamente la puerta, la cual se suele dejar abierta, claro.
¿Parquet o gres? Da igual, ninguno es lo suficientemente resistente
Llevamos 4 años viviendo en esta casa y el niño sólo tiene 3. Aún así, nuestro suelo da mucha pena. Primero el parquet, porque arrastra juguetes, sillas, muebles, lo araña a conciencia con el tenedor, causa encharcamientos que no vemos a tiempo y que se chupa el suelo… Las baldosas de la cocina también han sufrido arremetidas con botes de cristal, con sartenes y con latas y están agrietada y descascarilladas. En fin, cosillas sin importancia que de momento no van a incrementar la cuenta de cuánto cuesta un hijo con autismo, porque nos negamos a cambiar nada que no sea de extrema necesidad hasta que el mochuelo esté algo más civilizado.
¿Cuánto cuesta un hijo con autismo en comida?
Por lo que engulle el niño ¡y por lo que desperdicia! Y no hablo de plantarle un plato de verduras crudas, que detesta y que directamente sé que va a estampar en el suelo. No. Hablo de alimentos que le gustan de verdad, pero que hasta que no tira al suelo no se come. Fruta en trozos, cereales con leche, yogures, un sándwich, pizza, todo absolutamente toda la comida puede acabar en el suelo en un primer instante. Después, la recuperas como puedes, le arrancan pelos y pelusas, la lavas debajo del agua, cruzas los dedos para que lo que no mate engorde ¡y se lo das otra vez! Sí, porque lo más probable es que en ese segundo intento el niño se lo coma como si nada hubiera pasado pero ¿por qué el primer impulso siempre es tan destructivo? No lo he descubierto pero lo que sí tengo claro es que no puedo darle una ración nueva de comida cada 2 minutos, porque se nos iría el sueldo en rellenar platos.
Pongo aquí el punto y final a la lista porque no quiero eternizarme y para haceros una idea seguro que tendréis suficiente. ¿Qué gastos insospechados os hacen vuestros peques diversos en casa?
6 Comments
Marta
Com dices, mejor reír que llorar.
El mío se ha cargado un ordenador (se sentó encima), una tele (lanzamiento de objetos), un teléfono (cayó un jarrón de canto sobre la pantalla), un par de lámparas y una cortina (Tarzán), además de montones de cosas pequeñas como las que mencionas. Lo peor es cuando se carga cosas de su hermana, que se lía parda.
Ahora que solo cata el aire fresco en el balcón se ha aficionado al lanzamiento de objetos varios al jardín de los vecinos, que cada mañana deben flipan cuando los encuentran como caídos del cielo.
Hace años decoró todo el pasillo con cera azul.
Podría seguir… pero prefiero no inventariar todos los destrozos!
Fanny
Muy cierto el post.
Lo de la nevera y el congelador tal cual eh♀️ Chupar la puerta veo que es afición de más de uno
Mejor no pensar en el gasto o lo que rompen porque sino los donamos a la ciencia
En esta casa nos hemos hecho muy prácticos, menos cosas menos nos agachamos, limpiamos etc
María
Menudo pastizal, pero entiendo que esos gastos los tienen familias de niños con tea y sin tea, son travesuras de niños de 3 años, están en la edad! Jajaja por suerte o por desgracia ninguno de mis tres hijos han sido tranquilitos a esa edad… Han tenido fijación por la tele, por el agua, los interruptores, el papel higiénico, viva imagen de lo que has descrito. Un saludo!
Mar
El mio tiene 9 años y ha conseguido que mi casa parezca alcatraz con candados y cerraduras por todas partes. Armarios, ventanas, puertas. Nuestro siguiente objetivo es buscar una manera de bloquear las correas de las persianas pq lo mismo las baja de día como las sube de noche. Y siempre me pregunto que si hay ayudas para adaptar las casas a las personas con movilidad reducida porque no hay alguna ayuda para las personas con discapacidades de otro tipo? Por cierto, pido un monumento a los cierres de seguridad de ikea que son los únicos que no ha conseguido abrir de momento.
Autismo y Tdah
Yo el mayor gasto lo noto en las terapias. Al principio no estaban subvencionadas, luego sí hasta los 6 años. Pero claro, cumple los 6 años y todavía necesita acudir a integración sensorial o sesiones privadas psicoeductivas individuales, grupales. Y si deseas apuntarla a un extraescolar, hasta que descubres un profesor que sepa tratar a una niña autista te ha costado probar varias sesiones.
Saludos
Blanca
A mi me tiene en tinieblas, obscuro todo ,porque molesta la luz