Una de las ventajas de que mi hijo con TEA sea el hermano menor es que hay situaciones por las que ya hemos pasado previamente con su hermana mayor, y nos da algo de experiencia para saber si necesitamos actuar con rapidez y de forma diferente ante ciertos eventos propios de su edad. En enero, empecé con el quebradero de cabeza que sería su escolarización. Nosotros teníamos claro que iría a un colegio ordinario a los 3 años y una vez allí ¡a saber lo que nos tocaría vivir! Sin embargo, en atención temprana se dedicaron a desorientarnos en lugar de a colaborar, como de costumbre. De ahí que tuviéramos…
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Escolarizar a un niño con autismo. ¿Quién tiene la última palabra?
Aquí estamos, en pleno mes de mayo, con las preinscripciones escolares para el primer año de educación infantil en el colegio por fin tramitadas tras el retraso por la crisis del coronavirus. Lo normal, vamos. Sin embargo, mucho antes de que se declarara esta catástrofe sanitaria en nuestro país, a primeros de enero para ser más exactos, ya comencé a moverme para averiguar lo divino y lo humano de lo que iba a necesitar saber para escolarizar a un niño con autismo en una escuela ordinaria, o normal, o de toda la vida, o la misma a la que va su hermana, o como cada uno quiera llamarle. Por puntos,…
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Escuelas infantiles para niños con necesidades especiales. ¿Qué ventajas hay?
Hace unas semanas os conté cómo está siendo el paso de mi hijo con TEA por la escuela infantil. A diferencia de su hermana, que entró directamente al colegio a los 3 años, con él nos aconsejaron los múltiples beneficios que podría tener la escolarización temprana para mejorar sus habilidades sociales. Sinceramente, al principio era bastante incrédula, porque siempre he pensado que los niños están mejor atendidos por sus padres, o por otros familiares, que disputándose la atención de educadoras que suelen estar sobrepasadas por la ratio de niños y la inmadurez de cada uno. Para colmo, lo de pensar en escuelas infantiles para niños con necesidades especiales me superaba…
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Un niño con TEA en la escuela infantil
Para mí, la guardería era una opción que jamás me quise plantear cuando nació mi primera hija. No veía ningún beneficio en separarme de ella a los 4 meses, tras la baja de maternidad, para que cualquier adulto desconocido la criara en grupo junto a otros bebés. En mi mente sólo veía una situación de abandono, de criatura desvalida, expuesta a contagios, sin sus necesidades básicas cubiertas de la mejor manera, luchando por la atención de una cuidadora que estaría desbordada y que, aunque fuese la persona más amorosa del mundo, debería repartirse entre muchos otros bebés. Cuando obtuvimos el diagnóstico en firme de TEA de mi segundo hijo a…