En los inicios del diagnóstico, cuando nos hacían preguntas acerca de la rigidez y el autismo de mi hijo siempre decíamos que no habíamos tenido problemas con esto. Por el momento. Esta coletilla se ha afianzado en nuestro vocabulario, porque cuando hay alguna parcela en la que nos parece que el niño vive de una forma común y corriente, siempre nos queda la duda de si un día también veremos surgir complicaciones en ese área. Antes de los 3 años, no era un niño de rabietas, ni habíamos pasado por la famosa fase de los terribles 2 y las rutinas no estaban nada afianzadas en su día a día. Supongo…
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Niños autistas que caminan de puntillas
Nuestra primera psicóloga, vivía en un sinvivir tremendo con mi hijo por los problemas derivados de la lactancia y el autismo, de la supuesta genética autista del padre de mis criaturas y de no ver progresos más allá del lenguaje verbal y el contacto ocular. Para acabar de rematarla, mi hijo resultó tener una leve afición a mostrarse como uno de esos niños autistas que caminan de puntillas y, en su caso, también giraba los pies hacia adentro. Cada semana me hacía una nueva crítica al respecto: que si esa forma de caminar no podía ser normal; que si era torpe de movimientos; que si todos los zapatos con los…
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Cuando la familia no quiere aceptar el diagnóstico de autismo
En los primeros momentos tras el diagnóstico, y también hoy, me parece que normalizar el autismo sigue siendo la mejor opción para integrar la diversidad en el día a día. El problema con el que solemos topar es que esa normalización no implica realmente una aceptación de las peculiaridades de las personas con TEA, sino en realidad una negación a acatar el diagnóstico de autismo. Todos metemos la pata muchas veces en el terreno de la diversidad, como madre que se equivoca a diario en estos temas os lo confirmo. Sin embargo, de la aceptación a la negación ha resultado existir una línea muy difusa, pero con grandes implicaciones tras…
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Visitas a neuropediatría por autismo. ¿Cómo son?
Durante los 4 primeros meses de visitas en atención temprana, hasta que nos dieron el diagnóstico en firme de TEA a los 2 años, la neuropediatra nos recibió 2 veces. Con ese nombre, nosotros pensábamos en pruebas dolorosas, cables, con aparatos extraños, pero no, todo se resolvió con una revisión a ojo, juegos sencillos, intentos de comunicación con el niño y poco más en un minúsculo despacho. Por haber nacido prematuramente a las 35 semanas, mi hijo ha tenido revisiones con el neonatólogo hasta que ha cumplido los 3 años. Un hombre de lo más agradable pero que no veía el autismo por ningún lado porque además de médico, él…
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El autismo no tiene la culpa de todo
Con la culpa hemos topado ¡otra vez! Si la paternidad ya suele ir cargada de este sentimiento tan negativo por cantidad de motivos como la falta de conciliación, el no llegar a todo, el sentir que fallamos en el trabajo y a nuestros hijos, que el tiempo pasa y no se recupera, que podríamos hacer más y mejor pero no sabemos cómo… A todo esto añádele la crianza de un niño con diversidad y ¡boooom! Si no explotamos a diario es porque las costuras de nuestro cuerpo deben haberlas cosido bastante apretaditas. Cualquier crianza resulta incómoda: niños que no comen, que no duermen, que odian el colegio, que no tienen…