Avances en autismo sin necesidad de terapias
Terapia

Avances en autismo sin necesidad de terapias durante el confinamiento

No diré que hemos vivido los mayores avances en autismo sin necesidad de terapias, porque no sería real. Estoy convencida de que con esa diversidad en el aprendizaje que presentan los niños TEA, y con la frecuencia con la que nos topamos con picos de aprendizaje en los peques, seguidos de valles de desesperación para los padres (para qué vamos a negarlo), seguramente lo que os voy a contar hoy tenga que ver con la materialización de muchas horas de trabajo previo. Pero la verdad es que durante estas semanas eternas de confinamiento, hemos visto ciertos avances en autismo sin necesidad de terapias que nos hacen albergar la esperanza de que poco a poco la comunicación con nuestro hijo será más fluida y entendible por ambas partes. Si contara estos grandes hallazgos a familias con criaturas normotípicas, me dirían como nuestra psicóloga antigua “hija, no sé de qué te alegras, si esto ya debería estar haciéndolo desde hace un año”. Pero cuando convives con la diversidad ¡cada paso es motivo de celebración! Y más con los tiempos que corren y los pocos festejos sociales que tenemos. Así es como durante el estado de alarma, mi hijo con TEA ha decidido hacer gala de estos recursos en abundancia. 

Comprensión de órdenes sencillas

Prefiero llamarle instrucciones, porque lo de órdenes da la sensación de que los padres estuviéramos todo el día manejando a los niños a nuestra voluntad y precisamente con ellos, no es el caso. Era un aspecto que llevábamos muchos meses trabajando, porque incluso en terapia ocupacional nos habían recomendado aprovechar que mi hijo no tiene un carácter explosivo y no se enfada de forma grave por pequeñas cosas, para practicar, hacer peticiones fáciles y esperar un minuto a ver si captaba el mensaje. Hemos modelado las acciones con su hermana y ahora es un correveidile muy bien mandado. Todo lo que sea llevar y traer cosas lo comprende. También buscar objetos que supuestamente deba saber dónde están, porque con el desorden imperante en esta casa hasta yo iría a localizarlos y tendría msi dificultades. El caso es que cuestiones como dame el vaso si quieres agua, busca tu plato, llévale el plátano a tu hermana, dame la pelota, ponte los zapatos, tira esto a la basura ¡todo lo hace! Sí, ahora tengo la sensación de tenerlo como un monillo de feria pero ¡qué gustazo haber llegado a este nivel de comprensión! ¡Y qué bien predispuesto está! Por supuesto, hay veces que se rebela y no obedece y otras en las que ya sabe lo que le vamos a pedir y se adelante a la petición, pero bueno, vamos progresando.

Hijo ¡espera!

El tema de las esperas y el autismo sé que es uno de los que más suelen desbordar a las familias. El mío aún es pequeño y fácilmente controlable en este aspecto, pero ya empieza a tener sus cosillas. Por ejemplo, si quiere agua la quiere ya, o un yogur, o un encaprichamiento con un chupachups en la tienda de la esquina (cuando se podía comprar en las esquinas) y no atendía a razones. Por supuesto, ahora sigue teniendo sus episodios de rabietas, porque a los 3 años ¡es lo que toca! Sin embargo, se muestra mucho más paciente para sus demandas. Con mucho más me refiero a que si al segundo de pedir algo le digo que espere, igual puedo tardar hasta 2 minutos en acabar una tarea y ponerme con sus demandas sin que empiece a gritar la palabra de lo que quiere en bucle y a todo volumen. De hecho, incluso él nos manda a esperar algunas veces cuando algo de lo que le decimos interrumpe sus planes. Parece que va entendiendo el concepto.

Más palabras entre los avances en autismo sin necesidad de terapias

Cuando tu hijo llega casi a los 3 años siendo no verbal y conoces las posibilidades reales de que no lo sea nunca, la comunicación a través del habla se valora y se añora muchísimo. El mío empezó a decir palabras sueltas el verano pasado, con unos 2 años y medio, pero lo seguían considerando un niño no verbal. Ahora yo diría que es verbal, pero no sé si clínicamente hay un número exacto de palabras que deba alcanzar para tener esta categoría. El caso es que lo que quiere lo pide, con palabras sueltas, a veces describiendo con colores o números, señalando siempre. Hace menos de un año esto era impensable, pero es que el encierro ha coincidido con la adquisición de nuevas palabras que incorpora a su vocabulario con mucha rapidez y que utiliza con sentido. Desde las torrijas de semana santa (sí, todo lo que tenga que ver con zampar lo capta al vuelo), pasando por imperativos como ven, vamos, siéntate, dame, a pequeñas estructuras como a pintar, a comer, a la calle, patinete mío, pájaro blanco, coche azul… No, aún no lo tengo recitando a Bécquer pero ¡en ello estamos! También son frecuentes en él las ecolalias procedentes de los dibujos. Y es que como es bastante machacón repitiendo siempre los mismos episodios, y tiene muy buena retentiva para lo que ve en la tele o la tablet, es raro el día en que no lo pillamos haciendo uso de una de las expresiones propias de los personajes de animación. Lo que sí hace es usarlas con sentido. Por ejemplo, si está buscando a su hermana mientras juegan al escondite, no para de repetir “Bo ¿dónde estás?” Porque en un capítulo de los StoryBots, que son su nueva pasión, una de las protagonistas se pierde y los amigos repiten la expresión por varios sitios, en los que además reverbera por el eco.

Ritmos de canciones y coreografías

Entre los tópicos del autismo este es de lo más potentes ¡a todos les gusta la música! Y no, a todos seguro que no, pero el mío lleva un fiestero en su interior y los ritmos de las canciones y los bailes los capta al vuelo y los va repitiendo por toda la casa.  Desde luego, esa afición malsana que tiene por las pantallas es la que más ha hecho por su amor hacia estos entretenimientos, pero de cara a estrenarse en el colegio infantil el año que viene ¡ya tiene medio curso aprobado con nota!

En definitiva, son pequeños grandes cambios que quizás también se hubieran producido en abril, con independencia de que siguiera yendo a terapia o no. Pero ha dado la casualidad de que los avances se han materializado con la convivencia intensiva en familia. ¿Qué tal está siendo el estado de alarma con vuestros peques? ¿Notáis que les ha beneficiado en algo o más bien están sufriendo regresiones al perder sus rutinas de terapia?

One Comment

  • Alberto

    Mi hijo no verbal con 6 años y medio aún. Muchos avances en lectoescritura, también en el habla, pero de lejos es su modo de comunicarse. Este confinamientos está sirviendo para avanzar en aspectos curriculares (sesiones con sus PTs) q diario en colaboración con nosotros, que a fin de cuentas, hacemos la mayor parte del trabajo. Se intenta que todo se acompañe de estímulo verbal, pero según pasa el tiempo, veo este el menos principal de sus mecanismos de comunicación futuros.

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